Seguramente en algún momento de tu vida has sufrido (y también seguirás sufriendo) el miedo al rechazo.
El rechazo está determinado como uno de los mayores daños emocionales que pueden experimentar las personas. Sentirse rechazado o rechazada, es una emoción tan poderosa que nuestro cuerpo la registra como si fuese dolor físico.
Sus consecuencias se agudizan sobre todo si lo hemos sufrido en la infancia y por parte de nuestras figuras de apego. Pero tampoco podemos olvidar el sufrimiento emocional al que debemos enfrentarnos en esos momentos en los que nos rechaza una persona importante para nosotros/as (bien por atracción, bien por estatus laboral, vínculo emocional, etc).
El origen de este miedo se puede explicar de dos formas: la innata (o evolutiva) y la aprendida (o adquirida). Probablemente tiene mucha más importancia la segunda ya que en cualquier caso es la única sobre la que vamos a tener cierto margen de maniobra.
La explicación innata o evolutiva se basa en que los seres humanos hemos desarrollado una necesidad interior de ser aceptados y de encajar en el grupo. La razón es muy sencilla: en el pasado el rechazo del seno de una familia, clan o tribu podía suponer la muerte del individuo. Era una cuestión de supervivencia. Vivir dentro de un colectivo permitía repartirse la búsqueda de alimento y la carga de trabajo entre varios/as y protegerse mutuamente ante los innumerables peligros del exterior.
Respecto a la segunda forma, la aprendida, viene determinada por nuestra experiencia. Por ello es en ésta en la que vamos a poder trabajar:
Hemos de tener un supuesto claro desde el principio: Una cosa es lo que los demás pueden pensar de tí, y otra muy distinta, es quién eres en realidad. Nos pueden rechazar en algunos ámbitos de nuestra vida: en el trabajo, nuestra pareja, una amistad, un grupo de personas… pero un rechazo no ha de ser nunca vivido como una autodemostración de nuestras limitaciones.
Las vivencias de rechazo es fácil que generen creencias del tipo: “no soy adecuado/a, tengo alguna carencia, hay algo en mí que no encaja, no soy una persona válida o digna, etc”. Por ello no debemos racionalizar lo ocurrido como un argumento para vernos como alguien que merece estar solo/a, o como una persona con escasas estrategias, o poco atractiva o cualquier otra dimensión negativa en absoluto. Los efectos de este tipo de pensamientos son muy diversos y repercuten tanto en el estado de ánimo como en el comportamiento, y pueden ser fuente de problemas psicológicos como ansiedad, depresión, ideas de suicidio, etcétera.
Es cierto que tenemos todo el derecho del mundo (e incluso necesidad) a experimentar nuestros sentimientos de rechazo como un tiempo de crisis personal. Ser rechazados/as o abandonados/as por nuestra pareja requerirá tener que atravesar un periodo de duelo emocional. El ser despedidos de un trabajo, el ser apartados por parte de algún amigo o familiar, constituye sin duda un instante de dolor que como tal, hemos de experimentarlo como lo que es: una pérdida que acarrea cierto grado de sufrimiento emocional.
Pero este sufrimiento proveniente del rechazo ha de ser puntual y temporal. Un instante de tiempo en el que revalorizar lo ocurrido, en el que estar con nosotros/as mismos/as pensando en lo ocurrido para adquirir un aprendizaje.
Es decir, está bien que durante un tiempo determinado, experimentemos el dolor de dicho rechazo, un instante de introspección del cual salir fortalecido/a.
Es importante aprender a gestionar las emociones que se dan cuando alguien nos rechaza ya que el rechazo es algo que nos sucede a menudo en nuestra rutina: un trabajo del que nos despiden, un puesto deseado al que no nos ascienden, un amigo que nos decepciona, etc. El rechazo forma parte de nuestro día a día y de la sociedad en la que vivimos.
¿Qué pasa cuando no acepto el rechazo?
Se pueden dar varios tipos de respuesta:
lnautenticidad. Consiste en construir una imagen propia adecuada a cada situación y de esconder aquello que pensamos que podría ser motivo de rechazo o exclusión del grupo. Por ejemplo, personas muy complacientes o que se hacen las simpáticas o buscan a toda costa convertirse en imprescindibles.
Autocastigo. Personas que se quedan atrapadas en la idea de carencia o de falta de valor. Se sienten incompletas y viven con una clara conciencia de sus limitaciones, a menudo distorsionada y exagerada. Frecuentemente lo exteriorizan con expresiones como «no sé», «no valgo», «no soy capaz»…
Rebeldía. Reaccionan a la defensiva: «si no me aceptan en este grupo, no es que me excluyan, es que no quiero estar ahí». Entierran sus verdaderos sentimientos sin ser conscientes del dolor que les produce la exclusión y sin poder hacer nada para remediarlo. Viven con rabia y con sensación de injusticia. Argumentan y justifican su derecho a vengarse, o simplemente se aíslan, y generan su propio mundo bajo la idea de que no necesitan a nadie para ser felices.
¿Cómo encajo el rechazo de forma positiva?
Lo necesario sería sin duda sacar conclusiones de lo experimentado: “He de fijarme en otro tipo de personas”, “He de buscar un trabajo en el que puedan reconocer todas mis capacidades y méritos” “He de buscar amistad en alguien que la entienda como yo”, etc.
De toda experiencia se puede obtener un aprendizaje. Bien es cierto que en ocasiones no existe un por qué. Alguien nos rechaza y no hay más vuelta de hoja. Pero lo que hay que evitar ante todo es la construcción de atribuciones personales como las que ya se han señalado: “Me ha rechazado porque no soy lo bastante atractivo/a, porque no soy simpático/a, brillante, interesante…etc”. Es un error tan común como doloroso. No es lo mismo decir “He fracasado en algo” que “Soy un fracasado/a”.
No podemos cambiar a los demás, pero sí podemos cambiar nuestra percepción de las cosas. Si te han rechazado, puedes verlo de otra manera, más positiva. Saca tus propias conclusiones. Pregúntate si merece la pena esa amistad o ese trabajo. Qué hay de bueno en esta situación en apariencia negativa o qué lección has aprendido.
Recuerda, que el hecho de que te rechacen o no en la mayoría de los casos no depende de ti. Depende de los demás (y sus necesidadaes) y de unas determinadas circunstancias. Acepta sus decisiones pero sobre todo no olvides que el primero en respetarse y aceptarse has de ser tú mismo/a. No te rechaces!!!
Debido a que como dije al principio, todos los seres humanos en algún momento sentiremos el rechazo de una u otra forma, sería importante el aprender a lidiar con él además de aprender a contrarrestar tus efectos. Es por ello que espero que esta entrada te haya ayudado.
Me ayudó muchísimo, muy bien explicado, las palabras fueron precisas, muchas gracias.
Si alguien me rechaza lo aparto de mi vida y corto cualquier relación con ella. Si me rechaza me rechaza… para todo. Sigo a lo mío y me aparto, despidiéndome con cortesía y que le vaya bien, bien lejos de mí.
El rechazo sencillamente no lo acepto, y como soy muy orgulloso pues me aparto de la persona. Y no quiero cambiar de opinión. Siempre he pensado así y no me arrepiento. Yo no tengo porqué aceptar migajas de la gente en mi relación con ella. Dicho de otra forma: si yo quiero amor y la otra persona amistad, pues mejor nada, ya que no nos pondremos de acuerdo y cada uno por su lado. Nunca he mantenido relación con una persona que me ha rechazado, ni falta que hace.
Totalmente de acuerdo Carlos. Leerte, es casi como yo pienso.
Al menos me da la estabilidad de que no soy el único.
saludos.
¡Gracias por tu artículo! En mi caso, me siento rechazada por una amiga y no sé el por qué. No te estoy hablando de adolescentes ya que yo cumplo este año 39 años. El caso es que le he preguntado dos veces por WhatsApp si le pasa algo conmigo. La primera vez me dijo que no. Y la segunda me ha salido por peteneras con otro tema.. En fin, me autofustigo pensando en que hay algo en mi que genera rechazo… ¿Algún consejo en cómo actuar ahora con ella?
No hay nada mal en ti, debes observar la relacion q has llevado, que cosas has hecho por complacer q dejaste de ser tu, ver q las personas cambian y deciden por si misma apartir de su aprendizaje y miedos, el q se aleje es su desicion, revalora si te gusta q te traten de ese modo, no para negarlo o molestarte por q no te dan lo q deseas, sino apartir de la aceptacion q son diferentes a ti, q tienen una historia y un drama interno, q hablar claro contigo sobre lo q sientes y deseas, q no tienes por q luchar por ello, debes de proporsionartelo tu mismo, para solo compartir tus gustos o tiempo con alguien mas, solo te estan enseñando a q te ames a gi misma.
Gracias por esta explicación y exposición de una manera cálida y sencilla. Me ayuda totalmente .
Un abrazo
No hay nada mal en ti, debes observar la relacion q has llevado, que cosas has hecho por complacer q dejaste de ser tu, ver q las personas cambian y deciden por si misma apartir de su aprendizaje y miedos, el q se aleje es su desicion, revalora si te gusta q te traten de ese modo, no para negarlo o molestarte por q no te dan lo q deseas, sino apartir de la aceptacion q son diferentes a ti, q tienen una historia y un drama interno, q hablar claro contigo sobre lo q sientes y deseas, q no tienes por q luchar por ello, debes de proporsionartelo tu mismo, para solo compartir tus gustos o tiempo con alguien mas, solo te estan enseñando a q te ames a ti misma.
Gracias Paula Lopez por el block
Me encanto
Y cuando necesitas poner fin a tu matrimonio pero se te vendrá todo el mundo encima, incluso supondría el rechazo en tu religión.
Como puedo prepararme para tanto rechazo, incluso el de Dios.
Hay un tipo, nunca mejor dicho tipo.
Que me atrae, que damos y hacemos cervecillas , charlamos y no hay nada más.
Siempre hay alguna excusa, por la cual no puede quedar.
Intento pasar pero no puedo hay algo que me puede.
Ya no se cómo actuar
Hola,
El problema viene cuando se es PAS y se tiene un TLP. Comparto la opinión de Carlos de alguna manera u otra. No soy un tío malo, pero es cierto que mi forma de ser no es la “típica” de muchas personas. Suelo ser cariñoso, pero va por rachas, pero también puedo ser muy cruel, implacable y hasta vengativo cuando siento la necesidad de hacer tal cosa. No soy orgulloso, pero es que depende de mi estado emocional. Nunca he tenido pareja. No soy una persona de tener mucho sexo. No me gusta que me miren, pero allí el dilema, busco de una forma u otra la atencion de todos. Soy alto. 190. Y me considero atractivo. Pero el físico no ha jugado a mi favor, ya que ha sido como un arma de doble filo. No me ha traido nada bueno. Hubiera preferido haber sido bajito, gordito y morenito, quizás hubiera sido mas feliz en mi vida. Aveces me dan ataques de ira, y empiezo a golpear un mazo de gym para boxeadores, hasta sudar, me imagino que estoy golpeando a la persona que mas odio en mi vida. Vengo de una familia de mierda. Tengo hermanos de mierda. Y quizas en esa infancia traumada se generó todo esto que soy ahora. No voy a decir que odio el mundo. No….el mundo es hermoso. Odio a la gente que lo habita. Y como Carlos, si algo no es como yo quiero que sea, prefiero cortar de raiz. He conocido chicos. Y la verdad no pasamos de una cita. Hay un quiebre. Se dan cuenta de mi personalidad. Y eso los aturde, los espanta. Es un infierno , lo sé…pero es lo que soy, o mejor dicho, en lo que me han convertido.